El título de este post, aparte de indicar que me voy a permitir la licencia de no hablar de gráfica como suelo hacer en este blog, delata otra de mis debilidades: la geometría. Viene a propósito de una bonita – y alimenticia – conversación mantenida este verano entre cervezas bien fresquitas. La importancia de la enseñanza «como un todo» y la importancia del dibujo para visualizar e integrar conceptos de todas las materias.

No me voy a poner pesadito con el tema de la geometría, pero gran cantidad de conceptos abstractos y relacionados con temas diarios se digieren mejor con la ingesta diaria de una dosis de 500 mg de geometría.

El poco desgaste mental del verano no lo he dedicado a la geometría sino a la lectura de varios libros. A saber:

    • Las leyes de la simplicidad (John Maeda, Ed. Gedisa, ISBN 9788497841597)
    • Punk Marketing (Richard Laermer/Mark Simmons, Ed. Planeta Empresa, ISBN 9788408077114)
    • El Cisne Negro (Nassim Nicholas Taleb, Ed. Paidós, ISBN 9788449320774)

El orden de lectura ha sido ese. Y no por casualidad. Tenía una tremenda curiosidad por leer a Maeda y no sólo quedarme embobado viendo sus ilustraciones (principalmente geométricas) en libros y webs. En Punk Marketing hay una propuesta que me ha gustado mucho: animan a empresas de marketing a invitar a un profesional de una actividad completamente diferente, como por ejemplo un ebanista, para que dé una charla a la plantilla de la empresa sobre cómo trabaja, qué herramientas usa, cuál es metodología… sería más productivo e inspirador que esas tediosas y pocas veces efectivas reuniones de brainstorming (de los cojones).

Y yo, que soy muy cartesiano y obediente, decidí salirme por la tangente y leer un libro que tenía comprado para regalar, el tercero de la lista, El Cisne Negro. Nada sucede por casualidad. Es denso, muy denso, pero de una reveladora claridad y una mala baba excepcionales. Recalco lo de mala baba porque el amigo Taleb trufa los párrafos con frases que parecen gritarte a la cara conceptos muy simples. Pero no lo son, y ya se encarga de explicarte porqué no lo son, con abundancia de citas y referencias a matemáticos, físicos, filósofos y demás pensadores involucrados en el desarrollo de dichas ideas.

Es de esos libros en los que después de tragarte trescientas páginas no sabes muy bien si te estás enterando de algo, si el tipo es un impostor o, simplemente, que el calor del verano te impide concentrarte adecuadamente. Me quedo con la frase que abre su página web http://www.fooledbyrandomness.com: «Mi principal hobby es chinchar a la gente que se toma demasiado en serio a sí misma y a la calidad de sus conocimientos y a los que no tienen el valor de decir algunas veces: no lo sé»