Hoy entramos en el curiosísimo mundo de los juguetes. ¿A que nunca te habías preguntado cómo se construye y decora un coche a escala? Pues no es muy fácil. Por lo menos hacerlo bien. Aunque la parte que me toca a mí entra casi al final del proceso –la decoración– es interesante saber cómo empieza todo.

Después de los primeros dolores de cabeza por parte del fabricante intentando decidir qué modelo a reproducir será interesante para coleccionistas y demás clientes potenciales, viene el momento de empezar a «construir» físicamente el modelo. Aquí se bifurca nuestro camino por primera vez. La vieja escuela confía en modelistas profesionales que a base de cuchilla, lija y mucha paciencia consiguen reproducir con una precisión espectacular el modelo original. De ese modelo «master» se preparan los moldes de los que saldrán las copias, generalmente en plástico.

Por otro lado están los de la generación del Spectrum, que usan programas de modelado en 3D para reproducir los originales. Que conste que el hecho de usar un programa de modelado no equivale a tener el modelo listo cuando termina de pensar la barra de progreso. Es un complejísimo proceso que debe tener en cuenta el ensamblado de las diferentes piezas a la hora de diseñar los moldes de acero donde se inyectará el plástico fundido.

Y hasta aquí la teoría. Vamos a suponer que tenemos encima de la mesa un prototipo montado de ese coche que queremos decorar. El siguiente paso lógico es hacer una labor de campo de recopilar fotos y documentación técnica de dicho vehículo, cuanta más mejor. Esto es relativamente sencillo si se trata de modelos reales que han participado en cualquier competición de años recientes. Otra cosa bien diferente es hacer arqueología gráfica en busca de un coche clásico…

Pero para facilitar las cosas vamos a un caso particular: un camión. Más concretamente el camión MAN que ganó el Lisboa-Dakar del año 2007. Después de someter a Google a una dura prueba de selección y criba de fotos conseguimos algo decente:

Uauuuu… ¡vaya bicho! (eso es lo primero que pensé yo al ver la foto). ¿Por dónde se empieza?. Pues en mi caso por los planos originales del bicho, perdón… del camión. El caso que nos ocupa es una reproducción a escala 1:32 del susodicho vehículo. Para añadir más emoción al asunto, este además es un vehículo motorizado a escala… lo has advinado: ¡un coche de escalestri! Lo primero es escalar los planos, si podemos conseguir todas las vistas mejor que mejor:

Ahora viene el apasionante proceso de localizar los logotipos de los sponsor que decoran las carrocerías. El proceso de decoración de un juguete a escala suele ser por tampografía. Como su nombre sugiere, es una técnica que usa tampones de silicona para estampar sobre la superficie del juguete cualquier dibujo. Detalle técnico para los curiosos: se emplean tintas planas, no cuatricromía, con lo que la pantonera se convierte en inseparable compañera de mesa en estos menesteres.

Ya tenemos todo lo necesario: los planos del vehículo, las mejores fotos del modelo real que hayamos podido conseguir, un ordenador con un programa de dibujo (en mi caso Adobe Illustrator), la pantonera y un escalímetro. También ayuda un café si es tarde y a la mañana siguiente hay que entregar el trabajo. Como se puede ver en la primera foto, nuestro camión tiene una base de rojo. Pues lo pintamos de rojo:

Ahora toca ir colocando uno a uno todos los logotipos que hay repartidos por la carrocería. En este preciso momento ya sabremos si el trabajo es complejo según la cantidad y calidad de esos logos. En este caso se trata de un camión pilotado por un equipo danés, con lo que la mayoría de patrocinadores son originarios de ese país. Un repaso concienzudo a las páginas web que archivan librerías de logotipos nos proporciona los más conocidos: MAN, TOTAL, LOCTITE… algo es algo.

Otra visita a las páginas webs de los diferentes fabricantes y patrocinadores nos va dando la pista de cuáles son conseguibles y cuáles tendrán que ser vectorizados manualmente. Vectorizar no es otra cosa que convertir imágenes originales en dibujos que se puedan escalar sin pérdida de calidad a base de trazar los contornos de las siluetas que los componen. Esta es la tarea más laboriosa de la decoración.
Una vez tenemos todos los logos en formato vectorial ya sólo queda ajustar los tamaños y posiciones. Aquí entra en juego la imaginación, pues no siempre obtenemos fotos perpendiculares al coche donde podamos ver con exactitud la posición y tamaño de los logos. Los más complicados son los que se ciñen a superficies curvas, pues son las de más difícil acceso por parte del tampón. Después de repasar a conciencia y apurar el último sorbo de café, ya tenemos lista la decoración:

Ahora toca fabricar los distintos tampones tomando como base el fichero vectorial de decoración. Cada golpe de tampón estampa un color, con lo que os podéis imaginar la cantidad de golpes que se necesitan para completar la decoración de un vehículo como el que nos ocupa. Después de que el fabricante haya hecho su trabajo, viene la merecida recompensa: un modelo final de producción:

Creo que ha merecido la pena…